Historia año a año

Resúmen de los Informes Anuales de los Coordinadores Generales

Aunque la Comunidad comenzó a germinar alrededor de 1973, sólo desde el final de esa década se dieron los primeros intentos de tener una organización seria. En 1980 -año de la muerte del P. Héctor- se realizó la primera Asamblea Comunitaria y se eligió al primer Coordinador General de la Comunidad. El siguiente es un resumen de lo más saltante en la historia de la Comunidad durante el gobierno de cada Coordinador General desde entonces.

2022

Año complejo para la comunidad. Tras tres años de pandemia, muchos comunos se acostumbraron a "no movilizarse" lejos de casa, a la vez que se fue generando un natural hastío ante lo virtual, redundando ambas cosas en una sensación de apatía y de lejanía con la Comunidad. La situación socio-política del país, por otro lado, fue también mermando el ánimo de la población, comunos incluídos.

2021

Segundo año de pandemia y de virtualidad. Por primera vez, la Comunidad tiene una Asamblea virtual. El 2020 ha dejado desgastados los recursos de la virtualidad, los grupos fueron dejando de reunirse con tanta frecuencia y la asistencia a la misa virtual (en algún momento multitudinaria) se redujo considerablemente. Aún así, el espacio se mantiene y nuclea a un resto de comunos que asisten con regularidad. Un sector importante ha ido centrando su vivencia comunitaria sólo en su grupo de reflexión.

2020

Año atípico para la Comunidad y para el mundo. El nuevo Consejo de Hermanos tenía poco más de un mes en funciones, cuando se declaró la pandemia y, en el Perú, el gobierno decretó una cuarentena de dos semanas que fue prolongándose por meses. La incertidumbre, el miedo, el dolor fueron haciéndose cada vez más cercanos. Los grupos de reflexión fueron refugiándose en el Whatsapp, primero, y en las reuniones virtuales poco después, convirtiéndose durante varios meses en el principal soporte de los comunos ante lo que se vivía.

2019

Año de estabilidad y calma: los grupos de reflexión se reúnen con bastante regularidad, la misa comunitaria se mantiene con una asistencia razonable, el voluntariado de Brisas funciona con ritmo propio, las cuentas comunitarias están en azul. La Casa es cuidada con esmero.

2018

El 2018 se presentó como un año de renacimiento. Ya totalmente instalados en el local de Belén, al cual se le fue dedicando cuidados, y con el alentador contexto de Mons. Carlos Castillo asumiendo como arzobispo de Lima y Gastón recuperando su licencia para ejercer plenamente su ministerio, los comunos se centraron en “cuidar lo que se tiene”, esto es, las relaciones entre comunos, lo esencial del proyecto comunitario, los espacios de los grupos de reflexión y la misa comunitaria.

2015 - 2016

El inicio de este período es marcado por la reflexión en Asamblea, motivada por el Consejo de Hermanos saliente, reflexión que vuelve a valorar la existencia estable de la misa comunitaria, así como la pertenencia a una comunidad grande más allá de los grupos de reflexión, pero también reclama mayores espacios para toda la familia y una vivencia más emocional (y no sólo intelectual) de la fe, entre otras cosas. Un signo interesante es que, por primera vez en la historia comunitaria, no hay propuestas de candidatos, sino voluntarios para el siguiente Consejo de Hermanos.

2014 - 2015

Año marcado por cierto declive en la dinámica comunitaria. Si bien los ocho grupos de reflexión mantienen su ritmo de reuniones, se percibe nuevamente una disminución de la asistencia en la misa comunitaria, pero sobre todo en las actividades extraordinarias como el retiro comunitario o como los cursos de asesores y sobre la Familia organizados por la Mesa de Movimientos Laicos.

2013 - 2014

Se consolida y confirma la nueva forma de organización comunitaria, lo que lleva finalmente a formalizarla modifcando los Estatutos Comunitarios. Se ve un repunte en la asistencia a la misa comunitaria, aunque todavía de manera insuficiente. Son la excepción las misas especiales, en particular la "Misa del reencuentro" el día del aniversario de la Comunidad, la misa de Pascua y la misa de Navidad.

2012 - 2013

Año y medio de resurgimiento de la vida comunitaria, libres ya de una organización que no correspondía a una comunidad pequeña y adulta. Ese año el Cardenal Juan Luis Cipriani decidió no renovar la licencia sacerdotal de Gastón Garatea, impidiéndole así celebrar misa; ello generó reacciones y movilizaciones de gente de Iglesia y de la sociedad civil, en las que la Comunidad tuvo un rol protagónico. La ausencia de Gastón los domingos obligó a pedir ayuda al P. Raúl Pariamachi, provincial de los SS.CC., quien se comprometió a presidir la misa comunitaria dos veces al mes.

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