
Han pasado unos quince años desde que, en una reunión de la comisión de liturgia, la recordada Ceci Ayres propuso celebrar de manera especial a nuestros difuntos en la misa comunitaria más próxima al 2 de noviembre, día de todos los fieles difuntos. La comunidad acogió la idea con entusiasmo y muchos trajeron retratos de sus seres queridos para ponerlos juntos al pie del altar. Desde entonces se ha hecho así, cada año se invita a los comunos a traer retratos que se colocan en un pequeño altar lateral, junto con las fotos de nuestros hermanos comunos. E incluso en pandemia se tuvo misas virtuales en las que cada comuno hacía llegar fotos que se colocaban juntas en un PPT.
Este año no fue la excepción y tuvimos una misa comunitaria que, en esta ocasión, presidió Raúl Pariamachi. Como cada año, se recordó especialmente a los asesores (Héctor, José Luis, Kuwae, Juan Scheepens) y a los comunos que ya partieron. Y se oró también por todos nuestros seres queridos que están con Dios. El tema de la comunión de los santos se hace más cercano en estas ocasiones.
Los chicos de Iniciación vivieron este matiz de la eucaristía de manera especial y de hecho lo retomaron en su propia reunión.