La identidad Sagrados Corazones de la Comunidad se fortalece durante este año, entre otras cosas debido a la fuerte campaña que la Congregación tiene ante la Canonización del Padre Damián, realizada en octubre. Los videos, conversatorios y demás llaman la atención de los más jóvenes. Hay una buena participación de los grupos menores en las actividades con otras comunidades, aunque se percibe cierto cansancio. Asimismo, un retiro para jóvenes en San Bartolo es ocasión para "transmitir lo vivido con Héctor".

Año más calmado en varios sentidos. La crisis de "falta de corresponsabilidad" va cediendo y la Comunidad recupera cierto equilibrio en lo económico. La SubCoordinación comienza a reorganizar la biblioteca comunitaria (tarea que tomará varios años) y convoca a "jornadas de limpieza" para asumir juntos el mantenimiento de la Casa. Los espacios formativos mantienen vigencia, sobre todo gracias al grupo ERA. Hay un curso sobre "evangelios" y varios conversatorios. Juan Borea recibe las Palmas Magisteriales y ello resulta en nuevo motivo de reflexiones comunitarias.

El 2007 es un año marcado por tres grandes acontecimientos: el terremoto asoló el sur peruano, la extradición del ex-presidente Fujimori y la Conferencia de Aparecida. A lo largo de este año, hay una serie de iniciativas formativas, dentro y fuera de la Comunidad. Al interior, el naciente grupo ERA se consolida comoorganizador de conversatorios y video foros sobre temas que van desde la violencia y la espiritualidad laical hasta la ecología. Por otro lado, la pertenencia a la Mesa de Movimientos Laicos también facilita múltiples cursos y conversatorios, sobre todo después de Aparecida.

Con una cierta disminución de la preocupación formativa, hay un crecimiento en cambio de la voluntad de integración con la Congregación Sagrados Corazones y con la Iglesia Universal y local. La presencia de los comunos en espacios congregacionales (tanto festivos como de reflexión y oración) es cada vez mayor, y su aporte en espacios como la Pastoral Juvenil o la organización de algunos eventos se va volviendo significativa.

El proceso de adultez de la mayoría de miembros hace que situaciones como matrimonios, viajes por estudios o trabajo, fallecimiento de familiares, cambio de trabajo, etc. sean cada vez más frecuentes. Los grupos de reflexión en general tienen cierta estabilidad en sus reuniones y, por primera vez, aparece un "espacio abierto de reflexión" para que asistan los comunos sin grupo; este espacio irá dando lugar al grupo ERA.

El año 2004 estuvo marcado por numerosos fallecimientos de familiares: padres, tíos, hermanos, abuelos de comunos. Naturalmente hay también nacimientos de hijos de comunos. De alguna manera, todo ello intensifica el lazo afectivo entre todos. Se fortalece el sentimiento de familia y la Misa Comunitaria se asienta nuevamente como corazón de la vida comunitaria. Los Grupos de Reflexión se reactivan en su dinámica.

El 2003 resulta siendo un año clave en el renacer de la vocación de la Comunidad. La convocatoria de la Coordinación General a participar en el acto cívico “Para que no se repita”, preparatorio al informe final de la Comisión de la Verdad, “prende la mecha” en el cuestionamiento comunitario. La Comisión Ejecutiva tiene una acción intensa, siendo su principal logro el documento de trabajo “Vocación Fundacional de la Comunidad”.

La actividad comunitaria se intensifica este año, aunque básicamente hacia adentro: reuniones de integración, conversatorios, celebraciones, jornadas de trabajo para mantenimiento de la Casa. Hay un repunte de la participación de comunos en las actividades. Sin embargo, el compromiso con la realidad parece olvidado, involuntariamente dejado de lado. A pesar de mantenerse la coordinación con las instancias de la Congregación, la participación efectiva de comunos en eventos "externos" a la Comunidad se reduce.

Este año hay una Asamblea Consejo extraordinaria en la cual se aprueba un importante cambio en los Estatutos. Se elimina la categoría de miembros activos (quedando iniciación, plenos y colaboradores) y en consecuencia, en adelante no habrá diferencia entre "Asamblea" y "Consejo" comunitarios. La comunidad es definida como familiar. Aún con una serie de altibajos, se logran algunos objetivos internos. Los grupos menores participan en pequeñas actividades orientadas a recaudar fondos o fomentar la integración.

El notorio bajón en la actividad comunitaria (enmarcado en la crisis generalizada del país) provoca la reacción de las generaciones más jóvenes, animadas y hasta empujadas por el Coordinador General, decidido a sacar la comuna de su letargo. Se insta a reunirse a la Junta de Asesores, se insiste en que los grupos vuelvan a reunirse en el local de la Comunidad y no en casas particulares, se motiva a que los grupos que no están siendo asesorados elijan asesor, se empieza a revisar de nuevo el plan de formación, se asumen medidas de austeridad.