Con una cierta disminución de la preocupación formativa, hay un crecimiento en cambio de la voluntad de integración con la Congregación Sagrados Corazones y con la Iglesia Universal y local. La presencia de los comunos en espacios congregacionales (tanto festivos como de reflexión y oración) es cada vez mayor, y su aporte en espacios como la Pastoral Juvenil o la organización de algunos eventos se va volviendo significativa. Gracias al empuje de Ada León, la presencia en la zona de Laderas del Río Chillón (donde están las Hermanas ss.cc.) se va haciendo una realidad, especialmente en la nivelación escolar para niños, aunque también en otras áreas. El programa de Confirmación, por otro lado, se mantiene estable.
Los espacios de integración comunitaria (almuerzos, karaokes, fiestas, gymkanas) son muy valorados y aprovechados. Sin embargo, una integración mucho más importante comienza a darse con la Iglesia local: se inicia el contacto (perdido por más de una década) con otros movimientos laicales como UNEC, CVX, MIAMSI, MPC, etc., gracias a la iniciativa del Instituto Fe y Cultura de promover la Mesa de Movimientos Laicos, a la que la Comunidad termina integrándose. Ello, junto con la creciente presencia en la Congregación, son las señales más claras de que la Comunidad vuelve a volcarse hacia afuera.
Durante el año, el "Espacio de Reflexión Abierto" se asume como grupo de reflexión con el nombre de ERA; este grupo comienza a aportar mucho a la Comunidad en la preocupación por las cuestiones sociales y ecológicas.
