2000

El notorio bajón en la actividad comunitaria (enmarcado en la crisis generalizada del país) provoca la reacción de las generaciones más jóvenes, animadas y hasta empujadas por el Coordinador General, decidido a sacar la comuna de su letargo. Se insta a reunirse a la Junta de Asesores, se insiste en que los grupos vuelvan a reunirse en el local de la Comunidad y no en casas particulares, se motiva a que los grupos que no están siendo asesorados elijan asesor, se empieza a revisar de nuevo el plan de formación, se asumen medidas de austeridad. Una serie de reuniones, encuentros y retiros determinan la aparición de "comisiones" internas que asumen las áreas de integración, acogida y reflexión. Hay un renacer del interés comunitario, aunque la Pastoral está en su punto más bajo: fuera de la Misión a Ayaviri (que estuvo a punto de no realizarse) y las fugaces Vacaciones Útiles, no hubo mayor actividad.

El contacto con la Congregación, a pesar de todo, se hace algo más funcional. Hay una incipiente coordinación entre la Coordinación General de la Comunidad y la de la Rama Laical. Por otro lado, delegados comunitarios asisten con cada vez mayor regularidad a la Comisión de Pastoral Juvenil y Vocacional de la Provincia. A finales del 2000 se respira cierto espíritu de reconstrucción.

Coordinador(a) General: 

Ernesto Alayza