Entrevista a Gastón Garatea: "La Navidad es una fiesta de los niños y los pobres"

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Artículo de Exitosa Radio

El ex mediador del conflicto en Conga habla sobre el sentido auténtico del 25 de diciembre para los peruanos. "Creo que hay una deformación que se ha hecho en el cristianismo que dice que si tú rezas mucho ya estás salvado, lo que ha mercantilizado la religión", afirma.

"Los niños a veces me dicen Papá Noel por la forma de mi barba", recuerda el sacerdo­te Jorge Gastón Garatea Yori mientras cruzamos unos pa­sillos del colegio La Recoleta de La Molina. Aunque camina despacio por los 75 años que lleva a cuestas, el ex miem­bro de la Comisión de la Ver­dad y Reconciliación asegura que aún tiene muchas mi­siones por cumplir. Una de ellas es enfrentar la desnu­trición y la anemia en los ni­ños. "Ellos no votan ni hacen huelga ¿quién los va a defen­der?", se pregunta.

Dialogar con el padre Gara­tea es alentador, aún para un ateo. No cualquier reli­gioso dice sin complicacio­nes que uno nació en este mundo para "ayudar al pró­jimo" y que la imagen co­mercial de un Dios casti­gador, que te cuenta los pecados, es falsa.

Por Jorge Chávez M.

 

* ¿Por qué la Navidad para los fieles católicos se convirtió en regalos y costosas cenas en vez de ayuda al prójimo?

La fiesta es humana. Recor­demos que Jesús inventó la eucaristía en una comida. Comer en la casa es bonito al igual que regalar cosas a los tuyos.

 

* Pero parece que ya se con­virtió en un problema…

Es un problema y una cosa bonita a la vez. Es una mues­tra de aprecio y lo celebras.

 

* Queda la sensación de que hay un dios de los ricos y otro de los pobres…

De ninguna manera. Yo he sido pobre de chico y nos regalaban un camioncito y éramos felices. Una vez me obsequiaron un disfraz de mexicano que me quedó bien… Yo pasé mi niñez en Lima, fuimos de clase media alta pero en pobreza.

 

* ¿Cómo se puede ser de cla­se media alta con problemas económicos?

Caímos en debacle. Ahí nací yo (sonríe), pero mi madre se encargaba de hacer regalitos con cositas y a la mediano­che nos despertaba, el niño Jesús nos ponía el regalo, ¡no había Papá Noel! La Navidad es una fiesta de los niños y de los pobres.

 

* ¿Y por qué no de los ricos?

Porque ellos se adaptan a todo con el dinero que ma­nejan. Sin embargo, la so­ciedad es cochina y ahora es todo al revés, la fiesta es para los que tienen regalos y no debería ser así. Lo hu­mano pasó a segundo plano y ganó el comercio.

 

* En los últimos años la Iglesia Católica perdió muchos fie­les y eso se ve reflejado en la Navidad, que cada año tie­ne menos creyentes ¿hay un mal manejo de las autorida­des eclesiásticas que origina esta deserción?

Creo que el problema está en todas las religiones, porque todas pierden fieles. El mun­do va perdiendo la necesidad de Dios al estar entretenido en otras cosas. Para darle una interpretación buena a la Navidad debemos recurrir a la historia, filosofía y has­ta la mística (…) Dios le dio al hombre un paraíso con una facultad interesante como la libertad y el hombre a veces cae en el pecado del orgullo al no aceptar a alguien supe­rior.

 

* Pero la libertad ha logrado el desarrollo del ser humano….

Cierto, pero también el hom­bre se va dividiendo y crece el gran pecado del egoísmo que ha movido las guerras y esas tonterías. Esto la Biblia lo va leyendo a través de la historia. El imperio Romano era uno de los más inteligen­tes porque impusieron el de­recho, los tributos y ellos no sacaron a los reyes de su lu­gar sino los dominaron y una vez al año los hacían desfilar con sus coronas y encadena­dos. Algo similar sucede hoy, la religión se ha prostituido, han entrado los fariseos que perdieron la imagen de Dios.

 

* Al decir que la religión se ha prostituido ¿cree que algu­nas organizaciones ven la fe como un negocio?

Claro que sí. Mira la lucha del papa Francisco con la Curia Romana. Jesús apareció en el peor momento y se pasó 30 años reflexionando, es un hombre ilustrado que recu­rría a la sinagoga a atender la ley, un judío que sabe y sintetiza a la hora de hablar de amor. Hoy celebramos esa posibilidad de que Dios nos da a su hijo y tenemos que redescubrirla.

 

* En un pasaje de la Biblia, Je­sús expulsó a los fariseos del templo de Jerusalén porque convirtieron el lugar en un mercado ¿la imagen de ese lugar comercial persiste?

Esto persiste ¿te imaginas tú lo que es el Sodalicio? Un movimiento de derecha, de comerciantes, que ha prosti­tuido la imagen de Dios y en su nombre no solo ha hecho lo que todos sabemos sino anulado a las demás perso­nas. Ejercieron poderes por encima de alguien, ¡Nos re­ventaron! Ahora muchos creen que toda la iglesia está metida en eso y no es así.

 

* Navidad y mercancía

¿Desde cuándo la Navidad se convirtió en una fiesta mer­cantilista?

Desde los 50, al término de la Segunda Guerra Mun­dial, cuando floreció Europa. Nueve años después, el papa Juan XXIII convocó a un con­cilio por tres cosas: la ade­cuación al mundo moderno de la Iglesia, el anticomunis­mo y la Iglesia para los po­bres. Se acataron los dos pri­meros, pero el último no.

 

* Pero en los 50 viene la revo­lución de la libertad. La mu­jer logra su derecho al voto y se eliminan en gran parte las colonias y esclavitud…

Eso vino de la mano con el mercantilismo, vino lo bueno y lo malo juntos, todo en un paquete. El año 48 tuvimos la declaración de los dere­chos humanos. ¿Cómo es po­sible que recién en 1948 se haya dado? Una vergüenza. En el 94 se declara la igual­dad del hombre con la mujer ¡En el 94! Qué horror.

 

* ¿El capitalismo convirtió al hombre en salvaje?

Juan Pablo II acuñó el tér­mino de capitalismo salva­je y tiene razón. Nosotros no vemos aquí a la princi­pal víctima del capitalismo salvaje como es el África. En el Congo quedé espanta­do, unos regímenes terribles de los más crueles y some­tidos por los europeos. Los italianos dominan los medi­camentos, los alemanes los carros, los americanos los pozos petroleros. Todos ahí son esclavos, a ellos no les interesa la vida de las per­sonas.

 

* ¿A Sudamérica no llegó el ca­pitalismo salvaje?

Sí llegó: mira la pampa de Puerto Maldonado ¡Una pampa en el medio de la sel­va! He rezado mucho por la COP 21 -Conferencia del Cambio Climático, celebra­da recientemente en París-para que los países nos civi­licemos.

 

* ¡Qué optimista! Generalmen­te esas reuniones son un sa­ludo a la bandera…

No es un saludo a la bande­ra, el hecho de impedir que la temperatura pase los 2° grados es una victoria, una cosa científica que nosotros no entendemos mucho.

 

* “El corazón de un homosexual es el corazón de Dios”

En su último libro “Mitad monjes, mitad soldados”, Pe­dro Salinas relata testimo­nios recogidos de abusos sexuales por parte del Soda­licio

Es un libro muy duro.

 

* Hay una percepción de im­punidad porque los presun­tos responsables, como Luis Figari, no están en la cárcel…

Estamos en el país en que lo increíble sucede. Creo que hay una deformación que se ha hecho en el cristianismo que dice que si tú rezas mu­cho ya estás salvado, lo que ha mercantilizado la religión. Quieres rezar por tu próji­mo pero no haces nada por él. Ahí nos toca a los cristia­nos presionar para que la ley se cumpla. ¡A ese tipo que se fue a Roma hay que sacar­lo y traerlo! La institución hay que acabarla porque no tiene remedio. O sea yo me mato haciendo algunas cosas y viene este y nos despresti­gia ¿yo soy imbécil? ¡No hay derecho!

 

* Tampoco hay derecho en que a usted se le suspenda la licencia para ofrecer misa y Figari no reciba ninguna san­ción eclesiástica por las de­nuncias…

Mira yo no voy a hablar de eso porque ese es otro cau cau. Yo aguanto lo mío calla­do. Hay otras cosas más im­portantes. Puedo celebrar los sacramentos en mi con­gregación pero no afuera. Está bien, aguanto nomás, ya el cardenal (Cipriani) se dará cuenta. Pero yo no estoy de acuerdo en dar la imagen de un Dios castigador que te cuenta los pecados. Ese no es Dios. Éste es amor y Je­sucristo nos pide lo mismo: quiere a tu hermano.

 

* Dice usted que Dios no es castigador pero la comuni­dad LGTB no se siente res­paldada por las expresiones de Cipriani….

Yo no puedo juzgar a na­die. El corazón de un homo­sexual es el corazón de Dios. Son hijos de Dios y al hijo no se le abandona. Es como eso que dicen de los divor­ciados que no se pueden ca­sar ¡Bobadas! Cuando uno ve la imagen de Dios, la que te da la Biblia, y no la que te quiere mostrar Garatea, te das cuenta que es amor por los niños, pobres e “insigni­ficantes”.

 

* ¿Hablamos de insignifican­tes por los excluidos socia­les?

Claro, pero la palabra clave es “insignificante”, que es la mayoría del pueblo. Se mue­re un pobre y nadie se in­digna. He sido cura en Aya­viri (Puno) y recuerdo que la gente hacía su misa de di­funtos e iba al cementerio. Pero muchos no pasaban por la iglesia. Si tú no los bus­cas, nunca sabes de su exis­tencia. Ellos son los insigni­ficantes y a ellos los quiere Dios con predilección. Jesús nace en un lugar sin aloja­miento porque nadie lo qui­so recibir, nace en un pese­bre, lugar más insignificante que ese no hay.

 

* ¿Está a favor de la elimina­ción del celibato?

Yo soy religioso, pero estoy a favor de cambiar algunas co­sas dentro de la institución. Sería bueno para la Iglesia, en un siglo como este, don­de la presión sexual es terri­ble, que se elimine el celiba­to. Anda al cine, al puesto de revistas, las calatas, en todas partes ves cosas sexuales.

 

* Cipriani no está a favor de su posición ¿es por eso el pro­blema entre ambos?

Él tiene su manera de ver las cosas y yo lo respeto, es mi arzobispo.

 

* ¿Y él lo respeta a usted?

Eso pregúntale a él.

 

* Parece que no le agrada mu­cho hablar del cardenal…

Es mi arzobispo y le tengo respeto, no quiero hablar de él. Eso no significa que com­parta sus declaraciones. Que hay un problema ¡Lo hay! Pero lo dejo ahí.