El martes 25 de diciembre, día de Navidad, la comunidad se reunió para celebrar la eucaristía. Dado que casi todo el mundo tiene ese día visitas familiares que hacer, la misa se programó para las 7:00 p.m., igual que en años anteriores. Pero ya desde las 5:30 p.m., Mauricio, Mónica y Juan Carlos estaban encargándose de arreglar todo: no sólo bajar bancas y sillas para tener la misa afuera, sino además instalando focos para contar cono una iluminación adecuada.
Puntual como de costumbre, Gastón quiso iniciar a la hora exacta. Seríamos una veintena en ese momento. Pero a lo largo de los siguientes 20 minutos, siguieron llegando comunos con sus familias hasta que no quedó un asiento libre. Poco más de 50, entonces. Durante las canciones, Bruno y Santiago hicieron buena dupla en la percusión. Las lecturas del día fueron brevemente comentadas por algunos, y luego Gastón hizo una corta homilía en que acentuó la importancia de llevar una vida como pide el Señor en un mundo que va en el sentido contrario. Luego de la comunión, Mónica Vásquez, del grupo Oración, hizo sus primeras promesas como miembro de la Comunidad; inmediatamente, los comunos presentes que así lo desearon renovaron sus promesas comunitarias "delante de Dios, que me dio el don de la fe, y de ésta, su comunidad".
Vino después un sencillo y muy alegre ágape. Algunos antiguos comunos que volvían luego de mucho se dieron el gusto de recorrer el local, reconociendo rincones y evocando los años 90. Como un número sorpresa, el coro comuno (versión pequeña) se presentó con tres canciones que fueron bastante aplaudidas. Finalmente, luego de devolver sillas y bancas, y de lavar platos y vasos (gracias, Bruno), fue llegando el tiempo de despedirse. Fue una hermosa noche.
