Ordenación de Carlos Castillo y Jornada de Movimientos Laicos

El sábado 2 de marzo, el nuevo arzobispo de Lima, Carlos Castillo, fue ordenado obispo y asumió la arquidiócesis. Un pequeño grupo de comunos (Pablo Espinoza, Mónica Vásquez y Juan Carlos Townsend) estuvo desde temprano en la Iglesia de San Lázaro, en el Rímac, para unirse al gentío que lo acompañó en procesión (luego de hacer su juramento) hasta la catedral donde sería ordenado. Allí se encontraron con Lida y Margarita, de la Comunidad Seglar de Belén, con Jorge de la Comunidad Padre Eustaquio, y con varias personas de los distintos grupos de la Mesa de Movmientos Laicos. El clima era realmente de fiesta.

Igual que la procesión, toda la ceremonia en la catedral fue muy gozosa. Algunos signos que destacaron: el grupo Siembra animando con sus cantos con letras de compromiso con los pobres e instrumentos andinos; Gustavo Gutiérrez caminando al lado del nuevo arzobispo y, más aún, encargado durante de la liturgia de presentarlo ritualmente ante el Nuncio que lo iba a ordenar; el abrazo de Carlos Castillo con Gastón; las encendidas y retadoras palabras del Nuncio, Mons. Nicola Girasoli; el mensaje del nuevo arzobispo, cuajado de alusiones a la misión de los laicos y el quehacer todos juntos.

Terminada la larga celebración (fueron casi siete horas en total), un grupo de representantes de distintos movimientos católicos se dio cita en la casa del movimiento Cursillos de Cristiandad, en Jesús María. Había representantes de grupos de la Mesa de Movimientos Laicos (Unión Nacional de Estudiantes Católicos, Comunidades de Vida Cristiana -CVX jesuitas, Movimiento de Profesionales Católicos, Movimiento de Trabajadores Católicos, Movimiento del Prado, Fraternidad Carlos de Foucault, Equipos Docentes del Perú... pero también había muchos otros grupos y movimientos: Cursillos de Cristiandad, Salesianos Cooperadores, Movimiento Católico Mundial por el Clima, Laicos Focolares, Fraternidad de Enfermos y Discapacitados, Laicas Teresianas y muchos más. Por la Rama Secular ss.cc. estuvo Juan Carlos.

El clima era de alborozo. Una cosa que parecían compartir todos los presente era la sensación de haber estado pasando un largo invierno, un tiempo en que habían tenido que estar con perfil bajo y en que a menudo habían sentido desaliento. Y ahora de pronto sentían renacer la esperanza. Se compartió la problemática de cada movimiento, sus sueños y proyectos. Y se vio la urgencia de mantenerse conectados, articulados.

Mons. Alfredo Vizcarra, obispo de Jaén y presidente de la Comisión Episcopal de Laicos y Juventud animó a todos a hacer suya la Iglesia, a tomar el lugar que le corresponde al pueblo de Dios, a poner las bases para un Consejo de Laicos en la arquidiócesis de Lima (y en todas las diócesis).

Al final del segundo día (domingo 3) se hizo presente el nuevo arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo, quien concelebró una eucaristía en la capilla de los cursillistas. Sencillo, sin mitra ni báculo, sin siquiera ponerse casulla. Sólo alba y estola, igual que Mons. Vizcarra y los otros dos curas que lo acompañaron. Una eucaristía sencilla y vivida con mucha alegría por todos los presentes. 

Sin duda, comienzan tiempos nuevos en la Iglesia.